miércoles, 15 de abril de 2015

Plaza de Toros de la Real Maestranza



«La plaza de Sevilla, por su clásica y noble arquitectura, por sus proporciones armoniosas, por su tradición, es sin duda la más bella y sugestiva de las plazas españolas»
José María de Cossío
Los Toros

La Real Plaza de Toros de Sevilla, propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, es uno de los templos fundamentales de la historia de la Tauromaquia, el más bello ejemplo de arquitectura taurina y un escenario fundamental en la evolución de la Fiesta de los Toros. Tiene categoría de BIC (Bien de Interés Cultural) y es el tercer monumento más visitado de Sevilla, después de la Catedral y el Alcázar.

La Real Plaza de Toros de Sevilla se construyó sobre una elevación cercana al río Guadalquivir, llamada monte del Baratillo. Cuando se erigió la plaza apenas había construcciones a su alrededor. Hoy está completamente flanqueada por otras edificaciones, a excepción de la zona de la fachada principal. Las edificaciones adosadas forman una manzana casi triangular delimitada por tres calles: paseo de Cristóbal Colón, Adriano y Antonia Díaz. El edificio de la plaza tiene, tanto exterior como interiormente, forma de polígono irregular, constando de 30 lados desiguales, consecuencia de una obra realizada a lo largo de 120 años.

El aspecto externo del coso del Baratillo nos remite a una arquitectura tardo-barroca, propia de la segunda mitad del siglo XVIII, apuntando ya hacia el clasicismo, realizada con más gracia que monumentalidad y en la que sobresale la portada principal, con su cuerpo inferior de piedra vista, frente al resto de los paramentos revestidos y mayoritariamente encalados. La puerta principal está delimitada por dos torreones, con sendas entradas menores adinteladas -de acceso a los palcos de la Maestranza y de autoridades-, rematadas con curiosa ornamentación de formas cóncavo-convexas, roleos, molduras, motivos vegetales y lo que parecen ser coronas.

La estructura fundamental de la plaza de toros consiste en un primer anillo alrededor del ruedo, que está constituido por las localidades de barrera y tendido, y bajo las cuales se sitúan, en la planta baja y en algunas zonas, pequeños locales en los que hay instaladas algunas dependencias para almacenamiento o uso del público; un segundo anillo, que comprende en la parta alta la grada cubierta, y en la planta baja una galería interior de distribución y accesos, de un lado a los tendidos y de otro a todos los servicios de la plaza (corrales, cuadrillas, desolladero, enfermería, etc).

Estos servicios se sitúan en un tercer anillo en el que se encuentran escaleras de acceso a las localidades situadas en la grada cubierta; en la planta alta, este tercer anillo corresponde a una zona que en parte comprende amplias azoteas con antepecho y una galería exterior que da acceso directo a las localidades del piso alto, y otras veces está ocupada por edificaciones que pertenecen a la sede de la Real Maestranza de Caballería o son viviendas particulares.

Hacia 1760, la Real Maestranza de Caballería acometió la empresa de construir un edificio de fábrica, para sustituir a las plazas provisionales de madera que se habían levantado antes en el mismo emplazamiento. Se iniciaba así un proceso constructivo que se alargaría durante 120 años, cubriendo distintas fases y superando serias dificultades hasta concluir el cerramiento total en 1881.

Se pueden distinguir varios períodos constructivos desde que en 1730 se recibieran los privilegios reales para poder construir una plaza de toros.

En 1749 se comienza la construcción de un coso circular en el monte del Baratillo en sustitución de la plaza de toros rectangular ubicada en el lugar. Posteriormente, en 1761, se acomete la construcción por ochavas (equivalente cada ochava a cuatro arcos). Son maestros de obra en esta primera etapa de construcción Francisco Sánchez de Aragón y Pedro y Vicente de San Martín. La fachada interior de la plaza, llamada Palco del Príncipe, se concluye en 1765. Este palco consta de dos cuerpos: la puerta de acceso a la plaza y por la que salen los toreros triunfadores, y el palco propiamente dicho, de uso exclusivo de la Familia Real. Está compuesto en su parte superior por cuatro arcos sobre los cuales descansa una bóveda de media naranja, que en su parte superior está recubierta por azulejos blancos y azules. El grupo escultórico que lo remata es obra del escultor portugués Cayetano de Acosta. El Palco fue realizado para el Infante de España, Felipe de Borbón, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio.

Dada la prohibición de celebración de corridas de toros por parte de Carlos III en 1786, se paralizan las obras dándose por concluidas, aunque sólo se había construido un tercio de la plaza. De esta etapa es también el antiguo Palco de la Diputación posteriormente llamado de Ganaderos, situado sobre la puerta de toriles y frente al Palco del Príncipe.

La cubierta de las gradas de la mitad de la plaza se termina transcurridos 34 años, a la izquierda y derecha del Palco del Príncipe; quedando abierta una panorámica de la Catedral y la Giralda desde la gradería, como quedó reflejado en gran número de estampas de la época.

En 1868 el Palco de la Diputación se encontraba en tan lamentable estado que se acomete la mejora del mismo, colocándosele nuevo suelo y una balaustrada de mármol, además del escudo de la Real Maestranza de Caballería, obra del escultor italiano Augusto Franchy. Se realiza además la construcción de cinco balcones a cada lado del Palco de la Diputación, donde actualmente se encuentra el reloj de la plaza.

Finaliza en 1881 la construcción de la plaza cerrándose completamente la misma, quedando entonces construida en sus dos terceras partes en cantería y el resto en madera.

Entre los años 1914 a 1915 se reforma el tendido en piedra sustituyéndolo por otro en ladrillo bajo la dirección del arquitecto sevillano Aníbal González. Se construyen de nuevo todos los tendidos con una pendiente más suave. El número de filas de tendido de sombra pasó de diez a doce y a catorce en los de sol, además de tres filas de barrera. En la parte superior del tendido de sombra, delante de los palcos, se edifica una fila de sillones de tendido.