domingo, 15 de noviembre de 2015

El palacio Arzobispal


Otra joya de nuestro patrimonio, bastante desconocida, que merece la pena visitar.

El Palacio Arzobispal ocupa la mayor parte de la manzana delimitada por la plaza Virgen de los Reyes al sur, la calle Don Remondo al este, Segovias al norte y Placentines y Alemanes al oeste. Es uno de los grandes desconocidos a pesar de su enclave en el casco antiguo de Sevilla, junto a la catedral, la giralda y los reales alcázares, este edificio es para la mayoría un exterior fantástico barroco que raras veces se visita y solo parcialmente.

El edificio se enclava en el borde meridional de la antigua acrópolis, en el solar que ocupa hubo un conjunto termal de época romana y unas casas almohades.

El Palacio Arzobispal de Sevilla es un monumento de primer orden, que está ligado como pocos a la historia de la ciudad desde los mismos días de la Reconquista cristiana. El año 1251, Fernando III el Santo donó al Obispo Don Remondo, entonces titular de Segovia y poco después de la sede hispalense, unas casas en la plazuela de Santa María.

Del primitivo palacio no queda resto alguno, puesto que los más antiguos pertenecen al proceso constructivo que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XVI, en tiempos del Arzobispo Don Rodrigo de Castro, quien inició la transformación de las antiguas casas arzobispales en un solo conjunto unitario, proceso que prosiguió a comienzos del siglo XVII, dirigiendo las obras el milanés Vermondo Resta, arquitecto diocesano. En esta época se configuró la actual fisonomía del Palacio en torno a sus dos patios principales.

El cuidado y sensibilidad que han mostrado siempre queda patente en las constantes obras de conservación y embellecimiento que los distintos obispos han realizado allí. En las piedras, techumbre y salones del edificio actual quedan testimonios arqueológicos de las llevadas a cabo por el Arzobispo don Gonzalo de Mena (1395-1400), y sucesivamente de las hechas a fines del siglo XV, y de las del Arzobispo don Diego de Deza (1505-1523), y luego el Cardenal Muñoz de Guevara.

En la segunda mitad del siglo XVII, el Arzobispo Patiño inicia el definitivo engrandecimiento del Palacio Arzobispal de Sevilla y ordena construir la magnífica escalera barroca, ejecutada por Fray Manuel Ramos.

Hace pocos años el cardenal don Pedro Segura y Sáez ordenó y financió en el palacio importantes trabajos de consolidación y restauración.

Excepcionalmente en el siglo XIX el palacio fue Comandancia General durante la ocupación francesa y vivienda ocasional de los Duques de Montpensier a su llegada a la ciudad. En 1810 sirvió de alojamiento al mariscal Soult y sus oficiales, recuperando el palacio el nuevo arzobispo Mon y Velarde en noviembre de 1816. Respecto a Antonio de Orleáns y María Luisa Fernanda de Borbón, duques de Montpensier, se alojaron en este edificio en 1848, mientras se habilitaba el palacio bajo de los Reales Alcázares.

La portada principal, a la plaza de la Virgen de los Reyes, de estilo barroco, es obra de Lorenzo Fernández Iglesias y Diego Antonio Díaz; fue construida en el siglo XVIII y está considerada una de las mejores del barroco sevillano. En ella cabe destacar los colores albero y sangre de toro con que está decorada, colores que acompañan a otros edificios emblemáticos de la ciudad.

El edificio se distribuye en torno a dos patios principales y otros menores ajardinados en la parte posterior, tiene como elementos barrocos de primer orden la escalera monumental, las fachadas y las dos portadas; la principal de ellas verdaderamente majestuosa.

Esta portada viene a culminar el proceso de remodelación que se había llevado a cabo durante las últimas décadas del siglo XVII, y se levanta bajo el patrocinio del arzobispo don Manuel Arias, por lo que su escudo campea sobre la clave del arco de entrada. Labrada en piedra, se levanta en dos cuerpos de altura donde destacan las bellas columnas corintias pareadas del primer cuerpo. Un frontón curvo partido da paso al segundo cuerpo, donde pilastras talladas flanquean el balcón central que se enmarca con potentes molduras. Finalmente, una cornisa que se arquea sobre el dintel del balcón da paso a un remate de pináculos y jarras con azucenas, emblema de la diócesis sevillana, centrando una cruz de hierro forjado.

En el costado que da a la calle Placentines posee otra portada, mucho más sencilla que anteriormente descrita. Como anécdota, se hace referencia a que bajo ella se cobija tradicionalmente la imagen del Señor de la Sagrada Cena en la mañana del día del Corpus Christi.

Nada más cruzar el umbral de la portada lo primero que se puede observar son dos patios de estilo manierista construidos entre los siglos XVII y XVIII.  Se encuentran separados por una galería central al final de la que se sitúa la escalera principal. Ambos patios muestran en sus paramentos un enlucido que va a ser característico del barroco sevillano, a base de ocre y almagra.

El segundo patio posee una fuente del siglo XVI, detrás de éste se encuentran las dependencias del Archivo General del Arzobispado y Biblioteca, que conserva toda la documentación eclesiástica de la archidiócesis hispalense, datando los más antiguos del siglo XIV, los fondos de este archivo están siendo reordenados y clasificados desde el año 1972 bajo la supervisión de la Institución Colombina habiéndose catalogados aproximadamente más de 13.000 legajos, unos 300 pergaminos y cerca de 800 libros, llegando a ocupar más de 2.500 metros lineales.

Del interior destaca su majestuosa escalera central realizada en mármoles de colores en un solo tiro y tres tramos que culminan en una amplia tribuna, levantada en el s. XVII por Fray Manuel Ramos bajo el patrocinio del arzobispo don Jaime Palafox. El hueco de la escalera se cubre con un casquete oval decorado con pinturas de Juan de Espinal realizadas hacia 1775 durante el arzobispado de don Francisco Javier Delgado Venegas.

También es admirable el Salón Principal. Tiene el techo más ricamente pintado de todos los palacios sevillanos, constituyéndose en uno de los conjuntos pictóricos más importantes del siglo XVIII. Se trata de una colección de 60 pinturas al óleo sobre lienzo de autores tales como Bartolomé Esteban Murillo, Juan de Zamora y Juan de Espinal.

La Capilla se construyó a mediados del XVII y fue renovada entre 1779 y 1780 bajo la dirección de Antonio Figueroa. Se sitúa en la planta alta, en el frente Norte del patio del apeadero. Es de planta rectangular de una sola nave, con cinco tramos, ábside semicircular orientado a poniente y se cubre con bóveda de cañón con lunetos. En cuanto a la decoración, encontramos un friso neoclásico, cinco retablos y el escudo del obispo Spínola sobre la bóveda.

Además, el palacio, posee un importante patrimonio artístico compuesto por pinturas y esculturas del barroco sevillano, superado únicamente en Sevilla por el Museo de Bellas Artes y la Catedral, convirtiéndose en la tercera pinacoteca de la ciudad, entre sus pinturas se pueden ver obras de Francisco Herrera el Viejo, Francisco Pacheco, Zurbarán y Murillo a esto hay que añadir colecciones procedentes de las escuelas italiana y holandesa también de estilo barroco.

Estos fondos pictóricos fueron catalogados en 1979 por Valdivieso y Serrera determinando que existen 296 pinturas, conteniendo obras que datan de los siglos XVI al XX, aunque la mayoría de ellos están datados entre los siglos XVII al XVIII.

En fin como habrán podido apreciar otra joya de nuestro patrimonio, bastante desconocida, que merece la pena visitar.

martes, 3 de noviembre de 2015

La antigua Audiencia de Sevilla


La Audiencia Territorial ocupa uno de los lados mayores de la Plaza de San Francisco y es junto al patio de la Casa Lonja  uno de los edificios civiles renacentistas más bellos y de mayores proporciones de Sevilla.

En el año 1250, el rey Fernando III concede a la ciudad de Sevilla un ordenamiento jurídico y autoridad suficiente para impartir justicia.

Ya desde el siglo XIV se sabe que existe en este solar una sala para ejercer esta función, siendo el juez de grado Rui García de Santillán quien consigue una casa en la plaza de San Francisco para su servicio.

Con los Reyes Católicos se instala la Audiencia de Grados, que dependía de la Real Chancillería de Granada, siguiendo su planteamiento iniciado para la reforma de la justicia. En 1553 se funda la Real Chancillería de Sevilla, independiente de la anterior, lo cual lleva a la ampliación del edificio.

La Audiencia Territorial ocupa uno de los lados mayores de la Plaza de San Francisco y es, junto con el Ayuntamiento, lo único que se conserva del histórico conjunto urbano. Fue construida en estilo manierista y junto al patio de la Casa Lonja es uno de los edificios civiles renacentistas más bellos y de mayores proporciones de Sevilla.

Tradicionalmente se ha venido afirmando que la construcción del edificio de la Real Audiencia formó parte del nuevo proceso de formalización urbanística de la Plaza de San Francisco en el siglo XVI, iniciado con la construcción de las nuevas Casas Consistoriales proyectadas por Diego de Riaño en 1526. Este edificio fue uno de los más tardíos en experimentar su transformación al leguaje renacentista, transformación que se inició, al igual que la Chancillería de Granada, desde dentro hacia fuera a finales del siglo XVI.

El edificio es de planta cuadrangular y tres pisos de altura, con zaguán y patio alrededor del cual se distribuyen las estancias. Entre las salas que lo rodean destaca la que en tiempos pasados se denominaba el Salón de Acuerdos. En uno de sus laterales alberga la monumental escalera de acceso al cuerpo superior, con zócalos de azulejos. El inmueble acoge en su interior una rica colección de pinturas, de azulejos, frisos con decoración plateresca y puertas de madera tallada.

La fachada principal se divide en tres plantas separadas horizontalmente por una cornisa corrida. Y estructurada verticalmente por pilastras de órdenes superpuestos que dividen los espacios en altura en dos, tres y cuatro vanos. El cuerpo bajo con grandes ventanales rectangulares con orejetas, el segundo cuerpo con balcones rematados por frontones triangulares coronados por bolas y el tercer cuerpo con vanos de medio punto flanqueados por columnas corintias, rematándose el conjunto por un antepecho abalaustrado con bolas y flameros.

La portada se encuentra situada en el centro de la fachada principal y ocupa los tres cuerpos de altura. El tercer cuerpo parte de una cornisa y presenta un escudo de los Austrias con el águila bicéfala.

La renovación de la fachada del edificio medieval no se inició hasta 1605, al hallarse derribada, el Ayuntamiento propuso retranquear el edificio para mejorar la regularización de la plaza. A falta de documentación la autoría de las obras del patio y de la fachada se han atribuido a diversos arquitectos, principalmente a Hernán Ruiz, Vermondo Resta y Alonso de Vandelvira.

La antigua Chancillería, actual Audiencia, es uno de los edificios de administración pública del siglo XVI más hermosos que se conservan en la ciudad de Sevilla. Mandada a construir por Felipe II entre 1595 y 1597, se terminó en 1606. El edificio ha sufrido diversas transformaciones en los siglos XVIII XIX y XX.

Durante el siglo XIX se realizaron diversas obras que fueron alterando la fisonomía de la fachada. A partir de 1818 se trasladó la portada y balcón principal al centro del edificio. En 1842 se remató la fachada con un reloj y una escultura de San Saturno, creándose un nuevo zaguán de entrada al patio principal; derribándose la cárcel ubicada a la izquierda de la Audiencia, Cárcel de Olivares, en el año 1858 debido a su mal estado de conservación Con posterioridad, en 1861, fue suprimida la torre ante la amenaza de ruina.

La última reforma se realizó en 1918 tras un incendio que destruyó parte de las cubiertas, siguiendo el proyecto de Aníbal González. A partir de estas reformas el edificio tomó un aspecto similar a la Universidad de Alcalá de Henares. Por último el edificio fue sometido en 1970 a una serie de reformas proyectadas por Rafael Manzano Martos, con el fin de adaptarlo a sede central de la Caja de Ahorros de San Fernando y sede actual de la caja de ahorros Cajasol de Sevilla.