El Palacio de los Adelantados Mayores de
Andalucía, más conocido como Casa de Pilatos, fue construido esencialmente
entre los siglos XV y XVI. Situado en el centro histórico de Sevilla, las sucesivas
compras de casas y solares por los Enríquez de Ribera permitieron ir agregando
salones, patios y jardines hasta convertirlo en el conjunto residencial privado
mayor de la ciudad y en el marco ideal en el que desarrollar los nuevos modos
de vida y sociabilidad de las élites de una ciudad enriquecida como metrópolis
del mayor imperio ultramarino hasta entonces conocido.
Declarado Monumento Nacional desde 1931, este palacio es una delicada síntesis de la tradición gótica y mudéjar de fines de la Edad Media y las innovaciones del Renacimiento, cuya introducción en Sevilla se debe a la privilegiada relación que con Italia mantuvieron los Enríquez de Ribera desde el I Marqués de Tarifa, hasta el III Duque Alcalá.
El edificio tiene fachadas a varias calles
y espacios públicos: la calle Caballerizas, la plaza de Pilatos y la calle
Imperial, produciéndose el acceso principal desde la plaza de Pilatos. Hacia
este ámbito el edificio presenta una fachada en L, en uno de cuyos lados se
abre la portada de piedra -vano de medio punto flanqueado por pilastras
dóricas, con medallones en sus enjutas y ménsula en la clave-, mientras que el
otro tramo presenta una edificación de dos alturas destacando, en el nivel
superior, la logia denominada popularmente Ecce Homo, formada por cuatro vanos
de arcos de medio punto que apoyan sobre columnas de mármol. Las fachadas a las
calles Caballerizas e Imperial tienen un carácter más hermético. Hacia la calle
Caballerizas se abren 5 balcones protegidos con guardapolvos de pizarra,
mientras que hacia la calle Imperial el palacio se cierra con un muro continuo
en el que predominan los paños ciegos, acabando, hacia la plaza de San Leandro,
en un tramo en el que se abren vanos regulares superpuestos.
El palacio se estructura en torno a dos
patios, el de ingreso y el principal en torno a los cuales, en una y dos
plantas se disponen las estancias principales. A ambos lados de este cuerpo
principal, ocupando el resto de la parcela, se extienden dos jardines de
distintas dimensiones y formalización. El denominado jardín chico, en el lado
este y el jardín grande al oeste. En el edificio predominan las cubiertas
inclinadas de teja árabe (esmaltadas en blanco y azul en la zona de la
escalera).
Patio principal.- La peculiar diversidad
estilística de este espacio que reúne armónicamente elementos góticos,
mudéjares, renacentistas y románticos, es producto de sucesivas intervenciones
sobre un patio rectangular, con eje en la capilla y porticado únicamente en sus
lados cortos, construido a fines del s. XV por Pedro Enríquez y Catalina de
Ribera. Su hijo Fadrique, el peregrino a Jerusalén, inició su transformación
renacentista: amplió sus dimensiones haciéndolo cuadriforme, abrió galerías en
sus cuatro costados, sustituyó los pilares de ladrillo por columnas genovesas y
colocó en su centro la fuente marmórea adquirida también en Génova. A Fadrique,
le hereda, en 1539, su sobrino Per Afán, quien además de enriquecer sus
esquinas con las cuatro piezas principales de su colección escultórica (véase nº
4), dispuso en su derredor una galería de bustos de personajes de la Antigüedad
que, a modo de espejo histórico, reforzase la idea de continuidad entre la
fundación de Roma y el nuevo imperio de Carlos V. Ya en el s. XIX, se
introducen novedades al gusto romántico, como la apertura de un acceso en su
centro, la sustitución del suelo de barro por mármol y la colocación de nuevos
ajimeces pseudo-nazaritas.
Rodeando al patio principal se disponen
una serie de estancias descritas, a continuación, siguiendo un recorrido de
este a oeste y que presentan, como denominador común, unos paramentos
recubiertos de azulejos y yeserías. En la crujía este, entre el patio y el
Jardín Chico se dispone el Salón del Pretorio o de los azulejos, de dimensiones
rectangulares, techo de casetones mudéjares y portajes de taracea tallada; a
continuación se dispone otra estancia de menores dimensiones. El frente norte
alberga dos estancias: la denominada Antecapilla o de Descanso de los Jueces y
una sala anexa. La Antecapilla es de dimensiones rectangulares y se cubre con
una estructura de vigas y tablazón labrados; en sus paramentos destaca la
portada de yeserías mudéjares que antecede a la Capilla, considerada la parte
más antigua del palacio, por sus bóvedas nervadas y las molduras de la ventana
de estilo gótico. A continuación, ocupando la esquina noroeste del patio y
sirviendo de tránsito entre dicho patio y el Jardín Grande se abre una estancia
sensiblemente cuadrada, denominada Gabinete de Pilatos en cuyo centro se sitúa
una fuente octogonal, de azulejos.
En el frente oeste, entre el patio
principal y el Jardín Grande se desarrolla una crujía que alberga dos
estancias, la Sala de las Columnas, de dimensiones rectangulares cubierta con
un techo de alfarje -uno de sus huecos hacia el Jardín Grande, flanqueado por
dos columnas, alberga una reja plateresca- y una sala contigua de menores
dimensiones. Desde la esquina suroeste del patio se accede a la monumental
escalera que comunica las plantas baja y superior del palacio. Tiene un desarrollo
de tres tramos, de aproximadamente 3 m. de anchura, y una configuración
espacial muy singular; los materiales empleados son: solería de losas de
Tarifa, paramentos de azulejos y yeserías y artesonados en su cubrición,
destacando la cúpula de media naranja, dorada, de lacerías con pechina de
mocárabes que cubre la parte central.
En planta alta, la escalera principal
desembarca en un espacio desde el que se accede, por un lado a las estancias
privadas y, por otro, a la galería superior que recorre los flancos oeste,
norte y este del patio principal, a la que se abren las distintas salas y cuyos
paramentos aparecen jalonados de fragmentos de pinturas murales, restos de la
que sería la decoración primitiva.
De nuevo fue Fadrique Enríquez de Ribera,
quien mandó labrar nuevas estancias en la planta alta cubriéndolas con
soberbias armaduras y decorándolas, en 1539, con pinturas murales de las que
quedan importantes restos: una serie de retratos de "hombres famosos"
de la Antigüedad en la galería y otra, inspirada en Petrarca, del Triunfo de
las Cuatro Estaciones. Lugar de reunión de una academia de humanistas del Siglo
de Oro, uno de sus miembros, Francisco Pacheco, enriqueció estos salones
pintando unos techos para el III Duque de Alcalá. Esta planta recrea hoy los
interiores de una casa-palacio exhibiendo piezas de la colección Medinaceli:
mobiliario y tapices de la época y pinturas de Goya, Lucas Jordán, Giuseppe
Recco, Carreño Miranda, Vanvitelli, etc.
Está considerado como el mejor edificio
nobiliario andaluz constituyendo un ejemplo de la arquitectura sevillana del
siglo XVI.
No hay comentarios :
Publicar un comentario