lunes, 1 de febrero de 2016

Palacio de Mañara


  
El edificio responde al modelo de casa renacentista, si bien los diferentes avatares y propietarios por lo que ha ido pasando, han introducido modificaciones que han alterando el tipo, aún sin perder la claridad de aquel.
 
La Casa-Palacio de Mañara o casa natal de Miguel de Mañara, se sitúa en la calle Levíes, con una fachada trasera a la de Garci Pérez. La fachada principal ocupa prácticamente el rincón que forman Levíes y San Bartolomé, donde se encuentra, muy próxima, la fachada lateral de la iglesia parroquial. Se encuentra ubicada en el centro de lo que fue la aljama o antigua judería de Sevilla. Esta abarcaba el sector comprendido entre el Alcázar y las proximidades de la puerta de Carmona, es decir, los barrios o collaciones correspondientes a las parroquias de la Santa Cruz y de San Bartolomé. La judería se abría hacia el exterior de la ciudad por la puerta de la Carne, de la cual partía hacia el interior la calle principal, que hoy toma los nombres sucesivos de Santa María la Blanca y San José y que separaba las collaciones mencionadas.

El edificio responde al modelo de casa renacentista, si bien los diferentes avatares y propietarios por lo que ha ido pasando, han introducido modificaciones que han alterando el tipo, aún sin perder la claridad de aquel. Está organizada en torno a tres partes diferenciadas, una zona de carácter noble, una segunda zona de servicio y un sector para las cuadras. La entrada al palacio se realiza a través de un zaguán y un patio delantero con un pequeño apeadero con doble arcada, tras el que se accede al patio central, que constituye uno de los elementos más destacados del conjunto, con arquería sobre columnas en las dos plantas. Destacan también las yeserías del patio, diseñadas por Diego López Bueno. En el centro se encuentra la fuente de mármol blanco, de procedencia italiana, citada anteriormente. En uno de los extremos, se sitúa la escalera de dos tramos.

Las estancias de la planta superior distribuidas en torno al patio, presentan techumbre de tradición mudéjar y tardorenacentista, estando cubiertas en su mayor parte por alfarjes y artesonados de madera. En los lados menores del inmueble existen dos patios de carácter secundario, a los que comunican una serie de dependencias de forma rectangular y cuadrada, con columnas y entablamento de madera.

La fachada principal del palacio se sitúa hacia la calle Levíes y presenta dos plantas divididas en calles separadas por pilastras adosadas al muro. El acceso a la casa está localizado en la tercera calle del lado izquierdo del muro, la decoración exterior se encuentra complementada por un conjunto de once rejas desiguales en sus formas, que constituyen un muestrario de la forja sevillana del siglo XVII. La fachada mantiene una forma irregular ceñida a la sinuosidad y el carácter quebrado con los que estaba concebido el entorno urbano de la casa.

La portada data del año 1540, se halla flanqueada por dos columnas de orden toscano, cuyos pedestales están decorados con relieves en los que figuran escudos de armas cruzados. En el friso, decorado con ménsulas, alternan bucráneos con máscaras florales. La decoración pictórica conservada en esta fachada, descubierta en la última restauración, presenta elementos de muy diversa índole: las pilastras se decoran con imitación de sillares, mientras que en el resto del muro la decoración es de ladrillos. En los lugares que falta la ornamentación, ésta se ha completado con pintura.

Historia

Las primeras noticias que se tienen del edificio son del siglo XV. Este se construye, por uno de los miembros de la familia de los Almansa, aprovechando elementos de construcciones anteriores. Restos de esta primitiva casa mudéjar son los zócalos con pinturas murales del salón de la planta baja, fechados probablemente en el segundo tercio del siglo XV.

En 1519 la casa es utilizada como vivienda por Juan de Almansa y su mujer Constanza de Alcocer. En 1532 encarga, al taller del escultor Antonio María Aprile da Carona de Génova, las columnas, balaustradas y solería de mármol con las que decoraría el patio principal.

En 1623 Diego de Almansa, fiscal de Rey en la Real Audiencia, pone en subasta pública la Casa de Mañara. El gran auge experimentado por Sevilla en el siglo XVI, atrajo a numerosos extranjeros que vinieron a buscar riquezas y prosperidad. Uno de ellos fue Tomás de Mañara, Leca y Colona, que compró en el siglo XVI en 13.000 ducados de plata.

Tomás de Mañara muere en 1648, queda como heredero su hijo Miguel, quién no heredó las dotes de comerciante de su padre, dedicándose en los últimos años de su vida a la beneficencia, fue Benefactor del Hospital de la Caridad y revitalizador de la Hermandad, cuyo fin primordial era dar sepultura a los ahogados y ajusticiados. En 1674, abandonó su casa del barrio de la judería para vivir en otra más cercana a la Santa Caridad, donde muere en 1679.

Durante gran parte del siglo XVIII, esta vivienda fue alquilada en varias ocasiones por sus herederos, figurando, entre otros como inquilinos, Pedro Fillot y Manuel Prudencio de Molviedro. En el siglo XIX, sirvió como cuartel para las tropas del mariscal francés Soult. Concretamente fue destinada a alojamiento de la escolta del mariscal Duque de Trebiso.

Posteriormente pasó a ser propiedad de José Vargas Zúñiga y María Josefa Federigi, heredera ésta última del mayorazgo donde se incluía la casa. En 1916 la Hermandad de la Santa Caridad compra el edificio por la cantidad de 77.500 pts. A partir de esta fecha el inmueble tuvo usos muy diversos, todos ellos relacionados con labores industriales, como la manufactura del corcho, la fabricación de alfileres de latón y la hilaturas de la fábrica Fabra y Coats. A partir de los años cincuenta y hasta 1970, fue convertida en escuela pública. Finalmente tras un periodo de abandono total y tras ser incluido en el Plan de rehabilitación del Barrio de San Bartolomé, se comenzaron las obras de rehabilitación en 1989, destinándose a sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.